miércoles, 9 de marzo de 2011

El colombiano Felipe García Quintero dictará un taller en La Paz


Felipe García Quintero. Nació en 1973 en Bolívar, departamento del Cauca, Colombia. Es autor de los libros de poesía: vida de nadie (1999), piedra vacía (2001), la muerte, bis (2002) la herida del comienzo (2005), mirar el aire (2009) y Siega (2011). Y de las selecciones personales Horizonte de perros (2005) y Honduras de paso (2007). Ha realizado estudios de literatura, crítica cultural, filología hispánica y antropología. Se desempeña como profesor Asociado del Departamento de Comunicación Social de la Universidad del Cauca, en Popayán, Colombia.


Felipe García Quintero dictará un taller de poesía el miércoles 16 en La Paz.


Poemas de la muerte, bis


no digo aquí el día, allá la noche
el sueño o la realidad

no digo aquí el río dentro, allá el agua en la piedra vacía
ni en mi mano por mi boca el mundo

digo la noche sueña el día en que despierta la realidad es desvelo, cuando el origen del río es la piedra

profunda sombra, viento detenido la piedra

así juntos por última vez en la herida del comienzo que perdimos al tomar las palabras y entregar más palabras sin mundo al mundo de palabras, una seguida de otra como el rosario en la oración de mano en mano la vida hasta saltar al abismo de la duda

en la descosida realidad tejida por una mano ciega como una colcha de retazos que nos cubre la desnudez y el hambre del corazón

y para esto hizo el hombre al lenguaje humano

para desatar los paisajes
en la mirada del pensamiento
para no andar solos. Más el hombre menos en la suma del mundo

que resta la realidad como el hilo roto de la escritura hace de la colcha remiendo de su horror

yo no digo yo
solo recojo mis pedazos del lenguaje para el todo silencio al fin juntar

***

¿quién en la voz
distingue luz de tinieblas?

¿quién puede decir vivo, en la voz, quién al callar muero?

¿quién el silencio, cuál en nosotros el habla?

hora del ayer:
mañana de un antes del somos solos juntos única sombra

¿quién la alegría de su sangre ofrece?

¿quién en llanto bebe su vino?

***

riego mis ojos con saliva
para darme de beber de esa agua que ya no tengo
la voz que ya no soy en la mirada que me abandona

el animal del pensamiento en la luz hiere

toco con mi lengua las manos
y me inclino ante mi sombra
que me sostiene entre las piedras

el polvo de ser un nombre

¿Me llamo? ¿Me oiría si gritase adentro de mí?

si me persigo en mi voz que no alcanzo a decir obediente a la costumbre del silencio como el perro en torno

***

¿puede una mano enterrar el aire que la sostiene?

¿puede el aire ser sepultado en un puño de tierra junto al pecho como un gesto natural del habla?


¿puede esa mano ser aire para luchar contra lo invisible?

¿puede lo invisible del mundo ser visto por el lenguaje como el cuerpo en su sombra?

es el alto destino de caer

***

así el amor nos quite los dientes, y en el polvo temblando la furia nada sean para el mundo su escritura

triste delirio donde ya no estamos

de todo cuanto dijimos sólo queremos ser lo que se aleja roto entre las manos por el aire

y si por el amor perdimos los dientes, pudiéramos en el grito amar el silencio, si ahora la risa queda




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